La Semilla

Había una vez una mujer que llegó desde lo más profundo del campo a la gran ciudad para hacer sus compras anuales llegó hasta la plaza del pueblo y se sorprendió al ver letreros en los mostradores del mercado donde había anuncios increíbles“¿Qué vendes aquí?”, le preguntó, como lees el anuncio “Todo lo que tu corazón desee”, respondió el vendedor. Sin atreverse casi a creer lo que estaba oyendo, la mujer se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podía desear: “Deseo paz, amor, felicidad, sabiduría y ausencia de todo temor”, dijo. Y luego, tras un instante de vacilación,añadió: “No sólo para mí, sino para todo el mundo”. El vendedor sonrió y dijo: “Creo que no me has comprendido querida. No vendo frutos. Únicamente vendo semillas”.