Hubo una vez un anciano peregrino que recorría su largo camino hacia las montañas del Himalaya en lo más crudo del invierno, para llegar hasta a un monasterio ubicado en lo más alto de los picos nevados. De pronto, empezó a caer una gran tormenta de nieve que duró días.
Cuando al fin el anciano peregrino pudo llegar hasta el monasterio, un posadero le preguntó: “¿Cómo has conseguido llegar hasta aquí con este clima infernal buen hombre?” Y el anciano respondió alegremente: “Mi corazón llegó primero, y al resto de mi cuerpo le ha sido más fácil seguirle”.
Muy buenas historias!
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