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jueves, 30 de junio de 2022

Los Obstáculos En Nuestro Camino

Un rey puso una gran roca en medio del camino, obstaculizando el paso. Luego se escondió para ver si alguien la retiraba. Los comerciantes más adinerados del reino y algunos cortesanos que pasaron simplemente rodearon la roca. Muchos culparon al rey de no mantener los caminos en buen estado, pero ninguno hizo algo para retirar el obstáculo. Entonces llegó un campesino que llevaba una carga de verduras. La dejó en el piso y trató de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logró. Mientras recogía su carga, encontró una cartera en el piso, justo donde había estado la roca. Contenía muchas monedas de oro y una nota del rey, indicando que esa era la recompensa para quien despejara el camino. El campesino aprendió lo que los otros nunca entendieron.

Moraleja

Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar la propia condición. ¡Si alguna vez cae, levántese y siga adelante!

Las Tres Rejas

 


El joven discípulo de un filósofo sabio llegó a casa de este y le dijo: Maestro, un amigo suyo estuvo hablando de usted con malevolencia.¡Espera!, lo interrumpió el filósofo. ¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme? ¿Las tres rejas?Sí. La primera es la reja de la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?No; lo oí comentar a unos vecinos.Entonces al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Esto que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?No, en realidad no. Al contrario, es malísimo. ¡Vaya! La última reja es la necesidad. ¿Sirve para algo eso que tanto te inquieta?A decir verdad, no.Entonces, dijo el sabio sonriendo, sino es verdadero, ni bueno, ni necesario, no me lo digas, déjalo en el olvido.

Moraleja

Cuántos malos ratos podríamos evitar si sometiéramos a esas tres rejas todo lo que decimos. 

Barrendero de Microsoft

 


Un buen día un hombre perdió su trabajo, y comenzó a buscar uno desesperadamente por varios meses, hasta que se entera de que en Microsoft necesitaba barrenderos. Se presenta y el gerente de recursos humanos le pregunta sus datos, lo observa barrer, lo felicita y le dice: El puesto es suyo. Deme su e-mail, para informarle el día y la hora en que deberá presentarse. El hombre, desesperado, contesta que no tiene e-mail, y el gerente le dice que lo lamenta mucho pero que si no tiene e-mail virtualmente no existe, y que, como no existe, no le puede dar el trabajo. El hombre sale desconsolado, no sabe qué hacer ya que sólo tiene $50 en el bolsillo. Entonces decide ir al mercado de frutas y verduras y compra un cajón de tomates de 1O kg. Se va de casa en casa vendiendo el kilo de tomates a $10. En menos de dos horas ha duplicado su dinero; repite la operación otras tres veces, cena en un pequeño restaurante y vuelve a casa con $300. Se da cuenta de que de esa forma puede sobrevivir, y cada día sale más temprano y vuelve más tarde. Así duplica, triplica y hasta cuadriplica el dinero en un solo día. Con un poco de suerte logra comprar una camioneta, que un año después cambia por un camión; a los tres años, ya tiene una pequeña flota de transporte. Luego de cinco años, el buen hombre es dueño de una de las principales distribuidoras de alimentos del país. Un buen día recibe a un agente de seguros y, al terminar la conversación, este le pide al empresario que le dé su dirección electrónica para enviarle la póliza. El hombre contesta que no tiene e-mail, y el agente le pregunta: ¿usted no tiene e-mail y llegó a construir este imperio?, no quiero imaginármelo que sería si lo tuviera. Y el buen hombre replica: si lo tuviera, sería barrendero de Microsoft.

Moraleja

Si trabajas por tu cuenta y tienes suerte, puedes llegar a ser exitoso. Cuando uno quiere y ama lo que hace puede lograr grandes cosas, no hay que conformarse con lo que uno tiene, así terminarás como barrendero de Microsoft

Recuerda A Quienes Sirves

 


En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en una heladería y se sentó en una mesa. La mesera puso unas servilletas enfrente de él, –¿Cuánto cuesta un helado con chocolate y maní?, preguntó el niño. –Cincuenta centavos, respondió la mujer. El niño sacó la mano del bolsillo y examinó las monedas y preguntó nuevamente: –¿Cuánto cuesta un helado sin chocolate y maní? Algunas personas esperaban en otras mesas y la camarera ya estaba un poco impaciente, Veinticinco centavos, dijo rápidamente. El niño volvió a contar las monedas. –Quiero el helado sin chocolate y maní, dijo. La mesera le trajo el helado, puso la cuenta en la mesa y se retiró. El niño terminó el helado, pagó en la caja y salió. Cuando la mesera volvió a limpiar la mesa, le costó tragar saliva al ver que allí, ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco centavos de propina.

Moraleja

Jamás juzgues a alguien antes de saber por qué.

El Ermitaño Astuto

 


Este era un ermitaño de muy avanzada edad. Sus cabellos eran blancos como la espuma, y su rostro parecía surcado por las profundas arrugas de más de un siglo de vida. Pero su mente continuaba siendo ágil y despierta y su cuerpo flexible como una ramita de molle. Sometiéndose a toda suerte de disciplinas y enseñanzas, había obtenido un asombroso dominio sobre sus facultades físicas y sobre todo desarrollado poderosos poderes psíquicos. Pero, a pesar de ello, no había logrado conquistar su arrogante ego.

La muerte no perdona a nadie, y cierto día, el Señor de la Muerte, envió a uno de sus emisarios para que atrapase al ermitaño y lo condujese a su reino. El ermitaño, con su desarrollado poder clarividente, intuyó las intenciones del emisario de la muerte y, experto en el arte de la ilusión, proyectó treinta y nueve formas idénticas a la suya. Cuando llegó el emisario de la muerte, contempló, estupefacto, cuarenta cuerpos iguales y, siéndole imposible detectar el cuerpo verdadero, no pudo apresar al astuto sabio y llevárselo consigo. Fracasado el emisario regresó junto al dios del inframundo y le expuso lo acontecido.

El poderoso Señor de la Muerte, se quedó pensativo durante unos instantes, acercó sus labios al oído del emisario y le dio algunas instrucciones de gran precisión. Una sonrisa asomó en el rostro habitualmente serio del emisario, que se puso seguidamente en marcha hacia donde habitaba el ermitaño. De nuevo, con su tercer ojo altamente desarrollado, intuyó que se aproximaba el emisario. En unos instantes, reprodujo el truco al que ya había recurrido anteriormente y recreó treinta y nueve formas idénticas a la suya. El emisario de la muerte se encontró con cuarenta formas iguales.

Siguiendo las instrucciones del dios de la muerte, exclamó: –Muy bien, pero que muy bien. !Qué gran proeza! Y tras un breve silencio, dijo: Pero, lamentablemente, hay un pequeño fallo. Entonces el ermitaño, herido en su orgullo, se apresuró a preguntar: –¿Cuál?  En ese momento el emisario de la muerte pudo atrapar el cuerpo real del ermitaño y conducirlo sin demora a las tenebrosas esferas de la muerte.

Moraleja

El ego es el enemigo a derrotar, se abre el camino hacia la muerte y nos hace vivir de espaldas a la realidad del Ser. Sin ego, eres el que jamás has dejado de ser.

miércoles, 29 de junio de 2022

La Culpa Es De La Vaca

 

En una ocasión se estaba promoviendo la exportación de artículos bolivianos de cuero hacia los Estados Unidos y para garantizar la calidad del producto los americanos ni lerdos ni perezosos, mandaron a un investigador a entrevistar a los representantes de 1000 almacenes en Bolivia. La conclusión de la encuesta fue contundente: los precios de tales productos eran altos y la calidad muy baja. El investigador se dirigió entonces a los fabricantes para preguntarles sobre este problema. Recibió esta respuesta: –no es culpa nuestra; las curtiembres tienen un impuesto aduanero de protección de 15% para impedir la entrada de cueros argentinos. A continuación, les preguntó a los propietarios de las curtiembres, y ellos contestaron: –no es culpa nuestra; el problema radica en los mataderos, porque ellos sacan cueros de mala calidad, como la venta de carne les reporta mayores ganancias con menor esfuerzo, los cueros les importan muy poco y como sea lo sacan. Entonces el investigador, armado de toda su paciencia, se fue a un matadero. Allí le dijeron: –no es culpa nuestra; el problema es que los ganaderos gastan muy poco en venenos contra las garrapatas y además marcan por todas partes a las reses para evitar que se las roben, prácticas que destruyen los cueros. Finalmente, el investigador decidió visitar a los ganaderos. Ellos también dijeron: –no es culpa nuestra; esas estúpidas vacas se restriegan contra los alambres de púas para aliviarse de las picaduras.


Moraleja

Nunca es mi culpa: la culpa es del vecino, de la suegra, del jefe, si entendiéramos que se gasta menos tiempo y esfuerzo en asumir la culpa que en inventar excusas, las cosas mejorarían para todos.

martes, 28 de junio de 2022

El Árbol De Los Problemas

 


El carpintero que había contratado, para que me ayudara a reparar un viejo almacén, acababa de finalizar su primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se había dañado, haciéndole perder una hora de trabajo, y su viejo camión se negaba a arrancar. Por ello, me ofrecí a llevarlo hasta su casa, y en el trayecto permaneció en silencio y con cara de enojado. Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo frente a un pequeño árbol y tocó las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación, su tiesa cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso entusiasta a su esposa. De regreso me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un momento antes. Este es mi árbol de problemas, contestó, sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa, y en la mañana los recojo otra vez. Lo divertido, dijo sonriendo, es que cuando salgo a recoger mis problemas, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".

Detrás De Todo Gran Hombre Hay Una Gran Mujer

 


Un importante ejecutivo y su esposa, viajaban por la carretera de una pequeña ciudad, cuando él se percató de que el auto tenía poca gasolina, se salió de la carretera en la siguiente salida y al poco tiempo encontró una vieja estación de gasolina con sólo tenía una bomba funcionando. Pidió al solitario empleado que le llenara el tanque y que realice un cambio de aceite, y luego fue a dar una pequeña caminata en los alrededores de la estación para estirar las piernas. Al regresar al auto, se dio cuenta de que el empleado y su esposa sostenían una animada conversación. La charla se suspendió cuando llegó el marido, pero al subirse al auto vio que el empleado se despedía agitando la mano y decía: Fue grandioso platicar contigo. Al alejarse de la estación, el esposo le preguntó a su esposa si conocía al hombre, cosa que de inmediato admitió. Habían asistido a la misma secundaria y habían sido novios durante un año. Mira que tuviste suerte de que te casaras conmigo, presumió el marido. Si te hubieras casado con él, serías la esposa de un empleado de una estación de gasolina en lugar de ser la esposa de un director ejecutivo. –Querido, si yo me hubiera casado con él, él sería el director ejecutivo y tú serías el empleado de una estación de gasolina.

Papeles Invertidos

 


Cuenta la historia que una mujer estaba casada con hombre bueno pero muy machista. Ambos trabajaban a tiempo completo, pero él jamás hacía nada en casa, y menos tareas domésticas. Él solía decir que era trabajo de la mujer. Un buen día la esposa regresó a casa del trabajo y se encontró a los hijos bañados, una carga de ropa en la lavadora y otra en la secadora, la cena preparada y una mesa muy bien puesta, adornada con flores. Ella se asombró, y de inmediato quiso saber qué estaba pasando. Resulta que su esposo, había leído un artículo en una revista que decía que las mujeres que trabajan serían más ardientes en el romance si no estuviesen tan cansadas de hacer todo el trabajo doméstico, además del esfuerzo que desarrollan en sus trabajos remunerados. Al otro día estaba ansiosa por narrar lo acontecido a sus amigas en la oficina. ¿Cómo funcionó?preguntaron. Bueno, fue una gran cena, mi marido incluso limpió, ayudó a los niños con sus tareas, dobló la ropa lavada y guardó todo en su lugar. Pero después, ¿Qué sucedió en la noche?, sus amigas quisieron saber. No funcionó, contestó, mi marido estaba demasiado cansado.

Preso de la ira

 


Por azares del destino, dos hombres habían sido encarcelados injustamente y estuvieron presos durante varios años recibiendo todo tipo de maltratos y humillaciones por parte de sus carceleros. Pasaron los años y fueron finalmente liberados y cada quien tomó su camino, después de un tiempo estos dos hombres se volvieron a encontrar y comenzaron a recordar viejos tiempos compartidos, incluso los tiempos compartidos en la cárcel, hasta que uno de ellos le pregunta al otro: ¿te acuerdas de esos carceleros desgraciados que nos hacían la vida imposible?, ah, no, yo casi no me acuerdo de esa época oscura de mi vida, ya lo olvidé todo, ¿y vos? Yo los odio con todas mis fuerzas y espero vengarme algún día, el otro amigo se sorprende y le dice: “lo siento por ti querido amigo, si eso es así, significa que ellos aún te tienen preso”.

sábado, 25 de junio de 2022

Copos De Nieve

 

Dos pájaros estaban posados sobre una rama durante una nevada, y se pusieron a conversar: ––Dime, ¿Cuánto pesa un copo de nieve? le preguntó el pájaro carpintero a la paloma mensajera, –Casi nada, fue la respuesta. –En tal caso, antes de irme déjame contarte una historia, replicó el carpintero. –Al empezar este invierno me posé sobre la rama de un abeto. Fue un invierno tranquilo, y como no tenía otra cosa que hacer, me puse a contar los copos de nieve que se iban asentando sobre las ramitas y las hojas de mi árbol. Su número exacto fue 3.741.959, cuando el último copo de nieve que cayó sobre la rama, sin que nada pasara, esta se partió, dijo el pájaro, y se alejó volando. La paloma estuvo reflexionando un rato sobre esa historia y por fin se dijo: –Quizá sólo haga falta la voz de una persona más para que la paz llegue al mundo.


Moraleja


Un grano de arena no es nada, pero millones de granos forman montañas.

Pareciera que el esfuerzo de una sola persona no significa nada, pero, si se hace la diferencia cuando todos ponemos un poco de nuestra parte. 


viernes, 24 de junio de 2022

Los Cien Días Del Plebeyo

 



Una bella princesa estaba buscando consorte. Nobles y ricos pretendientes llegaban de todas partes con maravillosos regalos: joyas, tierras, esclavos y bueyes. Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo que no tenía más riquezas que el amor. Cuando le llegó el momento de hablar, dijo: –Princesa, te he amado toda la vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas. La princesa, sorprendida y conmovida por semejante gesto de amor, acepta y le dice: –Tendrás tu oportunidad: si pasas esa prueba, me desposarás. Así pasaron las horas y los días. El pretendiente permaneció afuera del palacio, soportando el sol, los vientos, la nieve y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente súbdito siguió firme en su empeño sin desfallecer un momento. De vez en cuando la cortina de la ventana real se movía para que la princesa pueda ver y con una sonrisa aprobaba la faena. Todo iba a las mil maravillas, se hicieron apuestas y algunos optimistas comenzaron a planear los festejos. Al llegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona salieron a animar al próximo monarca. Todo era alegría y felicidad, pero cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la princesa, el joven se levantó y, sin dar explicación alguna, se fue muy lentamente del lugar donde había permanecido cien días. Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa: –¿Qué te ocurrió? ¿estabas a un paso de lograr tu meta, porque perdiste esa oportunidad, porqué te retiraste? Con profunda consternación y con lágrimas mal disimuladas, el plebeyo contestó en voz baja: la princesa no me ahorró ni un día de sufrimiento, ni si quiera una manta me dio, ni una palabra de aliento. No merecía mi amor.

jueves, 23 de junio de 2022

El Maestro Sufi

 


Un Maestro Sufi contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma.  –Maestro – lo encaró uno de ellos una tarde. Tú nos cuentas los cuentos, pero no nos explicas su significado. –Pido perdón por eso. – Se disculpó el maestro –En señal de disculpas, permítanme invitarles un rico durazno. –Gracias maestro, –respondió halagado el discípulo. –Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites? - Sí. Muchas gracias – dijo el discípulo. –¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?... - Me encantaría, Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro. –No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte.  –Permíteme que te lo mastique antes de dártelo. –No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso! Se quejó, sorprendido el discípulo. El maestro hizo una pausa y dijo: –Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles a comer una fruta masticada.

La Bolsa De Piedras

En una noche oscura, antes de la salida del sol, un pescador fue al río. Cerca de la orilla sintió algo debajo de sus pies, y descubrió que era una pequeña bolsa de piedras. Recogió la bolsa y su red de pescar, se sentó a la orilla del agua, esperando la salida del sol para recoger lo que había pescado. Perezosamente, cogió una piedra de la bolsa y la lanzó al agua. "Plop", se oyó en el agua. Entretenido con el sonido lanzó otra piedra. Al no tener otra cosa que hacer, siguió lanzando las piedras, una por una... Poco a poco el sol se levantó. Llegó la luz. Ya para entonces había lanzado todas las piedras, excepto una. La última piedra estaba en su palma. Su corazón casi se detuvo cuando, a la luz del día, vio lo que tenía en la mano. ¡Era una piedra preciosa! En la oscuridad, había arrojado muchas de ellas. ¡Cuánto había perdido sin darse cuenta! Lleno de remordimientos, se maldijo a sí mismo, sollozó, lloró y casi enloqueció de pesar. Por accidente, se había encontrado con una gran riqueza que podría haberle proporcionado un extraordinario bienestar en su vida. Pero sin darse cuenta, la había perdido en medio de la oscuridad. Y sin embargo, era afortunado, pues aún le quedaba una gema: la luz había llegado antes que arrojara la última "piedra".

En general, la mayoría no es tan afortunada. La oscuridad te rodea por todos lados, el tiempo se va consumiendo, el sol no se levanta y ya hemos desperdiciado todas las gemas de la vida. Dicen que al diablo le gusta tener las cosas en la oscuridad, cuando le metes luz, el diablo pierde su poder. La vida es un gigantesco tesoro, y el hombre no hace otra cosa que desperdiciarla, pues sabemos que la experiencia es como un peine que te llega cuando te quedas calvo. Cuando llegamos a darnos cuenta de la importancia de la vida, ya se nos ha escurrido entre los dedos. Sin embargo, sin importar lo que se haya perdido hasta ahora, si aún queda un poco de vida, si sólo queda una "piedra", aún puede ser salvada. Nunca es demasiado tarde para aprender. Y especialmente en la búsqueda de la Verdad de la Vida, nunca es tarde; no hay motivo para entristecerse.

miércoles, 22 de junio de 2022

La hormiga y la Paloma

 


Una hormiga que estaba sedienta fue a un manantial con la intención de beber un poco de agua, pero en la orilla resbaló y cayó a lo profundo del arroyo. Cuando se estaba ahogando, una paloma, con su excelente visión, lo había visto todo, cortó una rama de un árbol y la puso en el agua, entonces, la hormiga se subió a la ramita y se salvó.

Unos días después, un cazador de pájaros estaba escondido y con un lazo preparado para cazar a la paloma, su amiga cayó en la trampa del cazador. La hormiga que lo vio todo, fue hasta él y le mordió en un pie. El cazador, al sacudirse el pie, movió los lazos, y entonces la paloma escapó y se puso a salvo.

Moraleja

Esto demuestra que incluso el detalle más insignificante, es capaz de hacer la diferencia, se pueden realizar grandes favores a quienes les han tratado bien, sin importar su condición.

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