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sábado, 30 de julio de 2022

El Árbol De Manzanas

Este era un árbol de manzanas imponente, al cual un niño amaba mucho. Todos los días jugaba a su alrededor, trepaba hasta el tope, comía sus frutos y tomaba la siesta bajo su sombra. El árbol también lo quería mucho, pero pasó el tiempo, el niño creció y no volvió a jugar alrededor del árbol. Un día regresó y escuchó que este le decía con cierta tristeza: ¿Vienes a jugar conmigo? Pero el muchacho contestó: Ya no soy el niño de antes que juega alrededor de los árboles. Ahora quiero tener juguetes, y necesito dinero para comprarlos. Lo siento, dijo el árbol. No tengo dinero, pero puedes tomar todas mis manzanas y venderlas; así podrás comprar todos los juguetes que quieras. El muchacho tomó las manzanas, obtuvo el dinero y se sintió feliz. También el árbol fue feliz, pero el muchacho no volvió. Tiempo después, cuando regresó, el árbol le preguntó: ¿Vienes a jugar conmigo? No tengo tiempo para jugar; debo trabajar para mi familia y necesito una casa para mi esposa y para mis hijos. ¿Puedes ayudarme?, Lo siento, contestó el árbol. No tengo una casa, pero puedes cortar mis ramas y construir tu casa. El hombre cortó todas las ramas del árbol, que se sintió feliz, y no volvió. Cierto día de un cálido verano, regresó. El árbol estaba encantado. ¿Vienes a jugar conmigo? le preguntó. Me siento triste, estoy volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar, ¿puedes dármelo? El árbol contestó: Usa mi tronco para construir uno; así podrás navegar y serás feliz. El hombre cortó el tronco, construyó su bote y se fue a navegar por un largo tiempo. Regresó después de muchos años y el árbol le dijo: Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte, ni una manzana, ni siquiera una simple sombra. El hombre replicó: No tengo dientes para morder ni fuerzas para escalar, ya estoy viejo. Entonces el árbol, llorando, le dijo: Realmente no puedo darte nada. Lo único que me queda son mis raíces muertas. Y el hombre contestó: No necesito mucho ahora, sólo un lugar para reposar. Estoy cansado después de tantos años...Bueno dijo el árbol, las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa. El hombre se sentó junto al árbol y este, alegre y risueño, dejó caer algunas lágrimas de felicidad.

Moraleja

La historia de la vida, de niños, amamos a nuestros padres y jugamos con ellos. Cuando crecemos los dejamos solos; regresamos a ellos cuando los necesitamos, o cuando estamos en problemas. No importa lo que sea, siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. El muchacho puede ser cruel con el árbol, pero ¿no es así como tratamos a veces a nuestros padres?

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