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martes, 9 de enero de 2018

Asamblea en la Carpintería


Cuentan que en una carpintería hubo una extraña asamblea, se reunieron todas las
herramientas discutiendo sus diferencias, en ese momento el martillo ejercía la presidencia, pero el resto le exigía su renuncia, ¿la causa? Hacia demasiado ruido, era rudo, y se pasaba todo el tiempo golpeando, El martillo aceptó su culpa, pero dijo: "si yo me voy, que se vaya también el destornillador", porque es muy vueltero da vueltas y vueltas y vueltas y nunca llega al punto central del objetivo. El destornillador acepta los argumentos y Dijo: ya, está bien, acepto, yo me voy, pero si yo me voy, también que se vaya la lija, es que es muy áspera para tratar a las cosas, no tiene tacto, las lastima. La lija aceptó dijo: "Bueno ya, yo me voy, pero si yo me voy también que se vaya la regla, esa regla se cree perfecta y siempre está midiendo a los demás.
En ese momento entró el carpintero, junto a todas sus herramientas e inició su trabajo, Utilizó el martillo, la lija, el metro y el destornillado, Cuando el carpintero se fue, las herramientas retomaron la discusión, La rústica madera se convirtió en un hermoso mueble, Pero el serrucho se adelantó a decir: Señores, quedó demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades, por eso en lugar de fijarnos en nuestras flaquezas, debemos concentrarnos en nuestras fortalezas” Entonces todos entendieron que el martillo era fuerte, el destornillador unía y daba fuerza, la lija era especial para limar las asperezas, y la regla era precisa y exacta. 

Moraleja 

Lo mismo sucede con los seres humanos. Cuando uno busca defectos en otra persona, surgen los problemas, al contrario, cuando se busca en los puntos fuertes de otro, florecen las mejores relaciones humanas. Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede hacerlo, por eso tenemos que fijarnos en lo que nosotros hacemos y no fijarnos en lo que hacen los demás.

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